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Palabras y gestos que lastiman en el matrimonio

  • Foto del escritor: Esposos: Fidel y Janeth
    Esposos: Fidel y Janeth
  • 16 ago 2018
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 17 ago 2018

Parece increíble que la persona que te da los mayores momentos de felicidad, es la misma que puede causarte el daño más grande de tu vida.

Dice el padre Ovidio Madrigal: “El amor debe ir acorde al respeto de la dignidad de la persona, si una persona no respeta tu dignidad, entonces eso no se llama amor, ya que el amor no pisotea la dignidad”.


Muchas veces creemos que la persona con la que vivimos es nuestro hijo, sobrino o nieto, y queremos corregirlo(a) o regañarle como así lo fuera, en los momentos de furia, nos olvidamos que con quien estamos tratando es con nuestra pareja, la persona que le decimos “te amo”, con aquel ser que Dios me regaló para complementar mi vida, y que el Señor me va a pedir cuentas por cómo lo(a) traté. En nuestros talleres le describimos a las parejas, que nuestro cónyuge es hijo de Dios, es un cristiano, por lo cual Cristo mora en él o en ella, cuando dirigimos nuestras acciones agresivas: gritos, insultos, vulgaridades, malos gestos, pataletas, acciones violentas, se lo estamos haciendo al mismo Cristo Jesús.


Dentro del matrimonio debemos vivir algo que se llama corrección fraterna, esta se da en el momento que vemos que algo está realmente mal (no hablamos de la pasta de diente mal puesta, o ropa en el piso), debemos hablar con buenas palabras, de forma misericordiosa, evitando las  siguientes frases tóxicas:

1. Estoy cansado(a) de decirte que…

2. Siempre.../nunca...

3. Yo decido sobre mi tiempo… no tú…

4. Cuantas veces quieres que te repita lo mismo…

5. Quisiera que te vistieras mejor…

6. Si de verdad me quisieras, harías...

7. Cuanto te costo eso…te dije que no gastaras…

8. Yo hago con… lo que me da la gana…

9. Eres un(a) hipócrita, me pides a mí… y tu no lo haces…

10. Ojalá te fueras y no estuvieras aquí…

11. A veces quisiera desaparecer…

12. Eres un(a)… (palabra ofensiva)

13. El esposo de mi amiga siempre… y tú no…

14. Estoy ocupado, te dije que no me llamaras

15. Ese chiquillo está así por tu culpa…

16. Te metes en lo que no debes…

17. En este momento no me hables…

18. ¿Engordaste? Te veo más cachetona y la ropa ya no te queda igual que antes…


Pudiéramos agregar muchas más, hay cientos, pero esperamos que hayan entendido la grave ofensa, lo profundo que puedes llegar a lastimar a una persona, a tu pareja, si usas algunas de estas frases.


cuando la persona se encuentra irritada, pueden salir muchas de estas palabras y sobre todo si no tienen dominio de sí; muchos dicen que aquel que no tiene dominio de sus palabras es menos inteligente que aquel que las mide y habla con cordura, y esto no es del todo falso, ya que esto radica en el cerebro, hablando de la psicoantropología del ser humano: “debemos ser racionales y no actuar como animales”.


No hay ningún caso que amerite decir, ni pensar en palabras que ofendan al otro, porque somos hijos de Dios y debemos comportarnos como tal. La Biblia dice:

«El hombre bueno dice cosas buenas porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas porque el mal está en su corazón. Pues de lo que abunda en su corazón habla su boca.» (Lc. 6, 45)


A continuación, quiero darle algunos pasajes tomados literalmente de la Palabra de Dios, alguien podrá decir, que Fidel y Janeth nos insisten mucho sobre estas cosas, y que no quieren que caigamos en insultos o palabras ofensivas, pero es Dios quien lo señala en su Palabra, y como nosotros queremos que todos ustedes vayan al Reino de los cielos, nos preocupamos por ello. Las siguientes citas bíblicas son claras y sencillas.


«Ustedes deben portarse como corresponde al pueblo santo: ni siquiera hablen de la inmoralidad sexual ni de ninguna otra clase de impureza o de avaricia. No digan indecencias ni tonterías ni vulgaridades, porque estas cosas no convienen; más bien alaben a Dios.» (Ef. 5, 3-4)


«Su conversación debe ser siempre agradable y de buen gusto, y deben saber también cómo contestar a cada uno.» (Col. 4, 6)


«No digan malas palabras, sino sólo palabras buenas que edifiquen la comunidad y traigan beneficios a quienes las escuchen.» (Ef. 4, 29)


«Pero ahora dejen todo eso: el enojo, la pasión, la maldad, los insultos y las palabras indecentes.» (Col. 3, 8)


«Deben renovarse espiritualmente en su manera de juzgar, y revestirse de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios y que se distingue por una vida recta y pura, basada en la verdad.» (Ef. 4, 23-24)


«Y yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de cualquier palabra inútil que hayan pronunciado. Pues por tus propias palabras serás juzgado, y declarado inocente o culpable.» (Mt. 12, 36-37)


Seamos coherentes y busquemos siempre actuar como hijos de Dios; en el matrimonio lo que impera es el amor, la tolerancia, el respeto, no la ira, las ofensas y los malos gestos. Si eres una persona que recurre a estas malas prácticas, analiza tu vida y corrige el camino antes que sea demasiado tarde.


Dios Todopoderoso de bendiga hoy, mañana y siempre.


Esposos: Fidel y Janeth

 
 
 

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