Lo que debes evitar al descubrir la infidelidad
- Esposos: Fidel y Janeth
- 15 ago 2018
- 7 Min. de lectura
Muy pocas situaciones se comparan con el dolor que podemos provocarle a la persona que amamos por un error como este, y no todo ayuda a disminuirlo.

Una pareja con más de 15 años de matrimonio estaba en nuestra clínica de orientación matrimonial y familiar, la dama con el corazón desgarrado porque había acabado de descubrir que su esposo le había sido infiel. Lloraba como si hubiera perdido al ser más querido para ella, y lo cierto es que así lo sienten todos, pero por más ganas que nos provocaba a Janeth y a mí de abrazarla, no debíamos, ya que en este tipo de atenciones hay que darle espacio a la persona para desahogarse, y evitar cortar esa conexión con ese dolor.
Cuando una persona pasa por ese dolor, el corazón literalmente se rompe en pedazos, ninguna persona merece pasar por ese dolor, donde pareciera que un cuchillo atravesara nuestro corazón, nuestra alma. ¿Cómo y de que forma la persona que más amas pueda ser también la que más dolor te pueda causar?, ¡realmente es algo sin sentido!.
Lamentablemente, para las parejas actuales, y para nosotros como orientadores matrimoniales y seminaristas, este escenario lo presenciamos con bastante frecuencia, y las estadísticas van en aumento. En Panamá, 7 de cada 10 parejas se separan por esta causa, y 5 de cada 10 parejas llegan al divorcio, o sea que no se recuperan de esta herida. ¿Por qué ocurre esta situación?, ¿Será que Dios cometió un error al instituir el matrimonio?. La respuesta es un rotundo NO.
Dentro de nuestra experiencia, hemos notado algunas causas comunes de infidelidad y estas son:
1. No nos estamos educando para amar y ser amados, por lo cual desconocemos que es el amor.
2. Estamos cambiando el amor verdadero por las pasiones de la carne y el instinto.
3. No dejamos el egoísmo y nuestra lucha de poder a un lado.
4. No conocemos el verdadero sentido del matrimonio y sus responsabilidades.
5. Coqueteamos con el enemigo creyendo que no se va a salir de control una situación.
Si ven, en las causas más comunes no está todo eso que la sociedad nos inyecta como causas de infidelidad: tener a una persona que no es buena en la cama, falta de atención, indiferencia y ni siquiera la violencia en el hogar. Ninguna de estas causas es común en nuestras orientaciones matrimoniales.
En los tiempos modernos, a todo lo queremos llamar amor: amo esa canción, amo al perro, amo la naturaleza, amo las nubes y creemos que hasta una atracción visual es amor. En ninguna circunstancia la infidelidad es permitida y no debemos confundir atracción con amor. Muchos hasta se excusan diciendo "creo que me drogaron", "estaba muy sensible", "se aprovecharon de mi debilidad", "perdí el control", nada de esto es válido para caer en este error.
Los pantalones bien puestos
Si el varón pudiera comprender en su totalidad el daño tan tremendo que hace a su esposa y familia cuando es infiel y, peor aún, cuando de plano la dejan por otra. Y nótese que no dijimos ni hombres ni caballeros porque los verdaderos hombres hacen todo por hacer feliz a una sola mujer, la suya y tienen la suficiente hombría para decir que no a la tentación o, en su caso pedir perdón y apoyo para no volver a caer. Es decir, tienen palabra de honor y los pantalones bien puestos, ese es un verdadero hombre.
Por otro lado, ese hombre que cometió la infidelidad, al momento del arrepentimiento verdadero, pasa por un gran calvario, ya que la culpabilidad y el hecho del pecado mismo lo marcan fuertemente. Allí su esposa puede reconocer que tiene un verdadero hombre a lado, que está dispuesto a hacer lo que sea por recuperar su matrimonio, la confianza de su esposa y la paz emocional de ambos. En nuestra experiencia, este tipo de hombres no vuelven a caer en la infidelidad, ya que viven estando alerta y se forman para amar.
La infidelidad de las mujeres
Por supuesto que esto no ocurre solo de ellos para ellas. Desafortunadamente, el número de mujeres infieles y que están dejando hogar y marido por otros pantalones va en aumento. La infidelidad femenina tiene aún algo más de peligro porque cuando la mujer es infiel también involucra el corazón y es capaz de abandonar completamente todo -hogar, esposo, hijos- por lo que ella cree que es amor. El hombre, generalmente solo es infiel de la cintura para abajo. ¿nos explicamos?, por eso es bueno formarse y entender que el hombre y la mujer no son iguales, ni emocional, ni psicológicamente hablando.
Nos enfocaremos por un momento en las damas, en su dolor y en validar la terrible experiencia por la que pasan. Somos unos convencidos de que una infidelidad no se da de la noche a la mañana. Solo un loco y enfermo del alma amanecería diciendo: hoy voy a ser infiel porque así soy, y qué…
La infidelidad es simplemente la punta del iceberg. Es decir, no es el problema real. Pero no voy a enfocarme tanto en esto como en que la mujer que pasa o pasó por esta terrible experiencia evite cometer ciertos errores cuando descubre que el marido ha andado de cascos ligeros.
Lo más importante como mujer es que dejes de culparte como tal. El “qué hice” o “qué dejé de hacer”, tampoco te servirá de nada el querer saber cada detalle de esa infidelidad ¿Con quién?, ¿Cómo fue?, ¿Dónde fue?, ¿Cuántas veces?, debes buscar respuestas que solo te sirvan para tomar la parte de tu responsabilidad -no culpabilidad- y hacer los cambios personales necesarios para salir adelante y, mejor aún, para perdonar y salvar tu matrimonio. Claro que se puede salvar después de vivir una experiencia como esta. No es nada fácil, pero créeme que sí se logra. Un buen acompañamiento profesional con personas que le apuesten al perdón, a la reconciliación y al matrimonio y que no te ofrezcan el divorcio como opción o te vendan filosofías baratas de que Dios te quiere feliz y si no “sientes” amarlo o perdonarlo, déjalo. ¡Patrañas!
Si ya descubriste la infidelidad
Si ya descubriste que tu esposo te fue o te está siendo infiel lo primero que tienes que hacer es dar unos buenos respiros hasta que logres tranquilizarte. Luego, hablarlo con él, pero tranquila, sin reacciones agresivas ni enfrentamientos. Sé que lo que te pido no es fácil y que lo que te apetece es cachetearlo y decirle de palabrotas, pero no te conviene. Es a ti a la que no le conviene perder el control. Dile con voz tranquila cómo te sientes: herida, traicionada, desilusionada… Háblalo de manera respetuosa, pero sin confrontamientos. Si tú le tratas de manera despectiva, aunque así lo sientas, lo que harás es alejarlo más de ti y darle la razón que por algo te puso el cuerno, porque eres una loca energúmena. Aunque hayas sido tú la lastimada, eres tú quien tiene la sartén por el mango.
Lo más seguro es que pase esto: te lo va a negar. Créeme que es muy buena señal cuando los hombres hacen eso de negarlo porque es una manera tácita de decir: “Si, fui un bruto. Sí lo hice, me dejé llevar, pero es a ti a quien amo y no te quiero perder. Te elijo a ti y solo a ti”. La cosa se pondría un poco más difícil si de plano te dice: sí, te fui infiel, ¿y?, o empieza a darte detalles que no quisieras conocer de primera mano.
Ahora podemos entrar a los puntos reales de este artículo, que es "Lo que debes evitar al descubrir una infidelidad", veamos:
Primero que nada, debes evita armar un escándalo, confrontación directa y amenazas. El diálogo calmado y en paz es tu principal herramienta de combate.
Evita buscar a la tercera en discordia. Ni se te ocurra. Tú eres su mujer y eres una dama. Y sí, hay muchas mujeres de cascos ligeros que les encanta meterse con hombres casados y no se respetan ni a ellas mismas. Pero al final del día el más responsable es tu esposo por no haber tenido el cinto bien bragado en sus pantalones.
Evita pedir opiniones a terceros. Nadie tiene por qué saber que tu esposo pasó por una debilidad. Se busca ayuda profesional, no opiniones de comadres.
Evita poner al descubierto el problema ante tus hijos y familiares. Jamás, nunca, prohibido involucrar a tus hijos en esto. Ellos no tienen por qué ser partícipes del tropezón que está viviendo tu matrimonio o de que el papá te fue infiel porque para comenzar si hay crisis son 2 los responsables.
Evita jugar al detective. Elige creer lo que tu esposo te diga. Se supone que van en vías de ambos rescatar su matrimonio, por lo tanto, las mentiras saldrán sobrado. No te desgastes en saber más de lo necesario porque si no tú misma estarás cavando tu tumba.
Evita ir al plan de reconquista de una manera desesperada. Una infidelidad se supera ambos tomados de la mano y de adentro hacia afuera. Es decir, sanando el interior de ambos.
Evitar correr al abogado, largarlo de la casa o tu salirte del hogar. Créeme que una infidelidad se puede superar, se perdona totalmente y no alcanza para destruir un hogar porque a ti te está faltando la capacidad de perdonar y de dar otra oportunidad. No le quito mérito a tu dolor, es horrible pasar por eso. Lo que quiero decir es que cuando logren superar esa crisis de infidelidad su matrimonio estará más sólido porque ambos saldrán más fortalecidos para sacar adelante la familia.
Los hombres y las mujeres con dignidad, que reconocen que están casados con personas imperfectas, y evitan idealizar a su cónyuge o colocarlo en un altar son capaces de perdonar más fácilmente estas situaciones. A el infiel reconocer su error y estar dispuesto(a) a tomar las medidas necesarias, te corresponde a tí darle ese apoyo, ser misericordioso(a) y compasivo(a), ya que sufrirá igual que tú, y debe sanar igual que tú. Somos débiles y vulnerables, pero el amor en Cristo es capaz de sanarlo y restaurarlo todo. El perdón es el primer paso para el camino a la reconciliación, pero no busques acelerar las cosas, el corazón, el alma y la mente tienen su tiempo para sanar.
Que Dios todo poderoso te conceda esa paz emocional y que te de esa respuesta que buscas, en nombre de su Hijo Cristo Jesús que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Esposos: Janeth y Fidel.
En colaboración con fuentes de: https://es.aleteia.org
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